El apartado técnico hace mucho tiempo que ha dejado de ser excusa para no rodar un corto o una película independiente. Cualquiera puede tener acceso a una cámara con cuya calidad de imagen solo se podía soñar hace unos años.
Hay a quien lo de poder o no poder rodar con cierta calidad no le importa. El mejor ejemplo es el movimiento Dogma 95, creado en 1995 por los directores daneses Lars von Trier y Thomas Vinterberg. Las reglas para formar parte de este movimiento eran no preocuparse por efectos especiales o complicadas tecnologías y hacer cine a la vieja usanza, es decir, centrándose en la historia, el tema, la actuación, el ahora y el aquí.
También existe un gran número de cineastas para quienes la belleza de la imagen es una parte fundamental del arte del cine. Sigue leyendo